Este 3 de mayo, el corazón del pueblo quichelense late con fuerza y orgullo al conmemorarse una fecha cargada de significado: el Día de la Cruz, una tradición espiritual y cultural profundamente arraigada en las costumbres de nuestra tierra. Al mismo tiempo, se celebra el 486 aniversario de la fundación del municipio de Santa Cruz del Quiché, ocasión que invita a reflexionar sobre nuestra historia, identidad y proyección hacia el futuro.

Según los registros históricos, fue en el año 1539 cuando el primer obispo de Guatemala, Francisco Marroquín, visitó el lugar que hoy es cabecera departamental del Quiché y lo bautizó con el nombre de Pueblo de la Santa Cruz. En honor a este hecho, durante muchas décadas los habitantes celebraron su feria titular cada 3 de mayo. Aunque con el paso del tiempo la festividad principal se trasladó al 18 de agosto, la conmemoración del Día de la Cruz continúa viva gracias al compromiso de la feligresía católica, que mantiene encendida la llama de esta tradición mediante actos religiosos y expresiones culturales.
Santa Cruz del Quiché posee una rica historia que se remonta a épocas precolombinas y coloniales. Ha sido, desde sus orígenes, un espacio de encuentro entre culturas, lenguas, creencias y saberes. A lo largo de los siglos, ha enfrentado desafíos y ha demostrado la fortaleza de su gente, convirtiéndose hoy en día en un símbolo de resistencia, identidad y esperanza para todos sus habitantes.

Entre las actividades más destacadas de esta fecha, resalta la tradicional procesión, que recorre las principales calles y avenidas del municipio. Devotos y familias participan con fe y alegría, haciendo ofrendas florales y colocando velas como expresión de gratitud y devoción. A la par, se puede disfrutar de la venta de comida típica, dulces tradicionales y juegos mecánicos, elementos que le dan un ambiente festivo y familiar a la jornada.

Las calles, colinas y hogares se engalanan con altares y cruces decoradas con flores, hojas de pino y veladoras, símbolos que representan la conexión espiritual con la tierra y con nuestras raíces. Estas expresiones comunitarias son reflejo de una identidad viva que se transmite de generación en generación.
Este día es más que una celebración: es una afirmación de lo que somos y del camino que queremos construir como comunidad. Autoridades locales, líderes comunitarios, vecinos y visitantes se unen para rendir homenaje a Santa Cruz del Quiché, reconociendo su valor histórico, su riqueza cultural y el espíritu solidario de su gente.

¡Felices 486 años, Santa Cruz del Quiché! Que la Cruz siga iluminando nuestro caminar, y que el amor por nuestra tierra siga fortaleciéndose en cada corazón quichelense.