El Papa Francisco, que sigue convaleciente y recuperándose de la neumonía pulmonar, se trasladó a la cárcel Regina Coeli de Roma para la Misa del Jueves Santo para reunierse con 70 detenidos.
Según informó la Oficina de Prensa del Vaticano, el Pontífice llegó a la prisión, situada cerca del Vaticano y, por tanto, en el corazón de la ciudad, en torno a las 14:54 (hora local) donde fue recibido por la directora, Claudia Clementi, además del personal penitenciario. Fue una visita fugaz que se extendió tan solo durante unos 30 minutos.

“Está entrando en la rotonda principal, donde mantendrá un encuentro con unos 70 reclusos”, informó la Oficina de Prensa del Vaticano en un escueto comunicado a través de Telegram.
En la foto que compartió Vatican News en la red social X, se ve al Pontífice sentado en su silla de ruedas y sin las cánulas nasales que hasta hace poco necesitaba de continuo para poder respirar.
El Santo Padre, de 88 años, no participó esta mañana la Misa Crismal celebrada en la basílica se San Pedro en su lugar por el Presidente Emérito de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), el cardenal italiano Domenico Calcagno.

Sin embargo, no quiso perderse su tradicional encuentro con los presos a los que suele visitar cada Jueves Santo. En 2018, también celebró en este centro penitenciario la Misa de la Cena del Señor y, a pesar de la ciática, se arrodilló en el suelo para lavar los pies a doce de ellos.
El Pontífice lleva en el corazón a los presos. En su primera Semana Santa como Pontífice, la de 2013, el Santo Padre sorprendió a los romanos yendo a la cárcel juvenil en lugar de la basílica de San Juan de Letrán, su catedral como obispo de Roma, que visita con frecuencia. En el penitenciario, lavó los pies a diez chicos y dos chicas, una de ellas musulmana.
Después ha repetido el gesto en otras cárceles, lo que confirma que lleva a los presos en corazón.
Tras inaugurar el Jubileo de la Esperanza con la apertura de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, el Pontífice se desplazó dos días después, el 26 de diciembre, hasta la cárcel de Rebibbia para hacer lo mismo.
Las puertas santas, como es tradición, están únicamente en las cuatro basílicas papales de Roma —San Pedro del Vaticano, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros— pero además el Pontífice hizo protagonistas de este gesto de gracia a las personas privadas de libertad, con la apertura de la puerta de este centro penitenciario de la capital italiana
Texto: Victoria Cardiel
ACI Prensa